En mi refugio azul te escribo,
mientras cae la lluvia,
y veo como tu imagen viene a mí
desde el recuerdo,
poniendo el acento en mí mayor
la vida que florece en mi interior
desde que estás conmigo.
Y no temo a lo que venga
si me tomas de la mano,
ni al tornado,
ni a la lucha
a brazo partido
por tenerte al lado mío...
si es que vale la batalla,
yo me juego...
Nunca he sido de rendirme
nunca muero más de uno o dos días
por semana,
pero siempre resucito
hermana del viento
y de la luna,
y de los peces que danzan en sus mares,
mientras florecen estrellas
en mi vientre
dibujado por tus manos.
Solicítame un disfraz
y por si acaso,
quieras poner la fantasía
a jugar con nuestros cuerpos,
me haré de madreselvas,
de zafiros, mi piel
de aguamarina,
de tesoros escondidos en mi espalda,
hazme de luz otra vez,
lléname el alma,
si lo quieres y deseas,
dame un nombre,
dame alas,
que yo puedo volar
hasta tu encuentro
que ya he recobrado
las fuerzas y las ganas,
que no preciso si no un instante
al lado tuyo
para verme reflejada
en tus pupilas
y por si acaso,
tienes dudas,
te propongo volar hasta mi nido,
siempre habito en las alturas,
siempre miro desde arriba
los caminos
para ver adonde ir
si es que me pierdo,
para ver como hacer
cuando me escondo,
para pensar en tí como yo quiero...
En mi lugar alto como el cielo,
donde sueñan poesías
ser escritas,
y leídas a su tiempo,
te espera mi esperanza,
mis flores,
mi distancia,
mis canciones,
mi amor y mis dolores
mi paleta de acuarelas de colores,
y un dulce despertar
lleno de magia...
Si lo quieres,
tan sólo si deseas,
conocer de donde vengo,
adonde voy,
o adonde iré
desde mañana
te diré que saldrá el sol
desde mi alma
y la luz brotará de mi interior,
renacida como flor,
en madrugada...
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