La que está dentro de mí,
la que sonríe,
la que te habla de cielos
y esperanzas,
la que te lee con las manos
el rostro cuando duermes,
la que tiene un par de alas
que le nacen
si la besas,
es la que no quiere lastimarse...
Porque sueña,
porque nace de a poquito
como el día
cuando la atrapas con tus brazos.
porque anhela
más que nada
sentirse la más bella
si tus ojos la reflejan...
La que está dentro de mí
casi no respira
casi no conoce el mundo,
sólo lo imagina,
tiene miedo de salir
y hacerte suyo,
tiene miedo de volar
si no te encuentra
y tiene miedo de sentir
la lluvia fría de tu ausencia...
La que está dentro de mí
conoce un universo paralelo
que dolío y lastimó a un tiempo,
hasta que huyó
de la nieve y del invierno
y se escondió
en el corazón de los poemas.
La que está dentro de mí
suspira,
clama,
vibra,
es una mariposa de luz
siempre encendida,
una pequeña pasión
casi escondida,
que tiene el nombre de tu alma
grabado en las retinas,
la que está dentro de mí
te percibe en lo que hace,
lo que dice,
lo que piensa,
cree que existieron otras vidas
donde se cruzó
con el que vive dentro tuyo,
y yo le creo,
ella me cuenta,
y yo lo siento,
porque sabe decir con las miradas
sabe amar aunque a veces
no la amen
sabe dar mas de lo debido
y nunca pide nada,
nunca sale de su nido...
Yo la veo cada día,
llena de paz su voz,
llena de pájaros su alma,
llena del cielo que te pinta
cada vez que te paseas
por su espalda..
Yo la veo
y sé que sangra a veces,
porque leo
su dolor por las distancias,
porque sabe que no es fácil
cambiar el amor
por las palabras,
y ella escribe
dentro mío,
ella escribe,
con cada nota de su ser,
te tiene atado
te interpreta,
tan hábil con sus manos,
que conmueve,
que desarma,
que hace trizas la maldad,
porque no existe
en su diccionario...
No conoce más que el roce
de tus labios,
ni aspira más
que caminar contigo,
yo lo sé
cuando la miro en el espejo
y la veo
con tu imagen
en sus brazos...
Ella muere en el vacío
que le dejas,
llora en la lluvia que te debe,
en el río que no vio
junto a tu cuerpo
y en el mar
que no llego a tocar
su arena...
Pero sueña,
se llena de sonidos
de praderas
y su frágil corazón
alienta,
juega,
y se recrea
en la luz que le da
saber que existes,
y que sientes lo que ella...
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La que vive en mí
duerme tranquila,
porque más que nada...
siempre espera...
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