En mis sueños estarás,
lleno de luz
lleno de estrellas,
como te inventó mi corazón,
después de la hojarasca
y la ventisca,
después de la tormenta,
de la nieve
y del arco iris...
En mis sueños,
como un niño suplicante,
arrollado por la luna
de papeles de colores
de un tierno barrilete...
En mis sueños,
con el viento en tu costado
y una flor en cada mano
renaciendo de mi pecho
sin latidos,
de mi desierto sin arenas,
de mis oasis sin palmeras...
LLeno de secretos
como el alba,
lleno de mi muerte en un segundo,
vacío de mí,
como un abismo,
cubierto de sombras como el tiempo,
del adiós
sin los regresos...
En mis sueños estarás,
sin nombre,
sin memoria,
lleno de lo que fui entre tus brazos,
pero lejos como el cielo
de saturno,
en las dunas de marte
y en la calma de febrero
un domingo a la mañana.
Sin embargo,
en el lado oscuro de mi alma
no se esconde ni siquiera
tu estatura,
tu aliento se llevó el viento,
y tu presencia
es un mar en las ausencias...
Pero sé que por algún tiempo todavía
el reloj me marcará
tus horas,
las huellas me llevarán hasta tu puerta,
y es más,
sé que detrás de ella estarás
escuchando como lloro en silencio,
pero sin tocar
me iré despacio,
y mi nombre lo ocultará la lluvia
el vendaval,
y la ventisca,
y no oiré si me has llamado...
En mis sueños estarás
y mientras tanto
no despertaré,
seguiré durmiendo,
hasta que en ellos vuelvas
a tomarme de las manos.
No quiero abrir los ojos
ni un segundo
y confirmar
que nunca fuiste más que un sueño
mal soñado...
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