los cristales del corazón
esparcidos por el aire,
los espejos de mi alma
buscando tu reflejo,
partido en mil pedazos
por lo que dejó el viento...
Y llueve también afuera,
en la ventana de mis ojos,
en mi ser,
bajo mi piel, sobre las rosas
que planté el domingo
y en el columpio gris de la nostalgia...
Porque llueve donde había desierto,
y crecian las espinas
donde las piedras hacían sus nidos,
y los pliegues de mi vida
laceraban sus bordes...
LLueve dentro mío
`porque debe llover
para que limpie,
para que escampe la tormenta un día
y renazca la alegría...
Porque es necesario
que corra el agua por las venas
y se lleve la sangre mal parida,
la semilla del dolor y de las ganas
que no pudieron germinar a tiempo...
Porque llueve y desperté lloviendo
rodeada de agua pura y cristalina,
las gotas deshicieron cada lágrima
y fueron bellas perlas,
porque en medio de la sombra he visto luz
y porque desplegué mis acuarelas,
para cambiar este paisaje extremo
en el paraíso que dejé
a medio terminar
cuando intenté enfrentarme al huracán
y ser la simple mariposa que perdió
hasta el mismo sentido de volar
a un mundo nuevo....
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